Hay dos tipos de clientes chiflados: el que todo lo quiere gratis o regalado, y el que quiere que le vendas a su modo sin respetar las políticas de tu empresa. ¿Tienes alguno de estos en tu negocio? A veces es muy difícil convencerlos que deben invertir o que deben ajustarse a tus condiciones de venta, y es mejor deshacerse de ellos. Pero al hacerlo corres el riesgo de que se conviertan en clientes insatisfechos y hablen mal de ti a otros.
Si tienes algún cliente chiflado, te voy a dar varias recomendaciones:
1) Evita contradecirlo de entrada, y mejor pregúntale por qué lo quiere gratis o por qué quiere esas condiciones de pago. Así entenderás mejor su forma de pensar y le harás bajar la guardia.
2) Piensa en una negociación ganar-ganar, en varias formas diferentes que puedas proponerle. Por ejemplo: le doy el plazo de pago que quiere, a un precio mayor; o le doy un precio menor, a cambio de un volumen mayor; o le doy gratis un servicio o producto a cambio de un contrato o compra mínima de tanto…
3) Pon por escrito lo que hayan negociado y consigue su firma o correo de autorización. De esta forma evitarás futuros dolores de cabeza y discusiones con el cliente por el “yo pensé que te referías a otra cosa…”, o “tú me dijiste que también me darías tal cosa…”, o cosas similares.
4) Antes que todo, revisa y decide si ese cliente es rentable, si te conviene mantenerlo, si te va a llevar a lograr tus metas o te distraerá de ellas. Si decides mantenerlo, prepárate para la negociación. Si decides no mantenerlo, prepara el “despido”.
5) Si vas a despedir a un cliente chiflado, hazlo con diplomacia y elegancia. Consíguele que tu competencia lo atienda, y refiérelo con ella diciéndole lo valioso que es como para que siga contigo tratándolo tan pobremente por falta de capacidad.